Sobre la inteligencia humana
(1983)–Willem Oltmans– Auteursrechtelijk beschermd
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4 Philip Handler
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especialistas como Delgado, Feuerstein y Herrnstein, parecen estar unánimemente de acuerdo en que la transformación de las personas resulta posible.
Quizá, pero en la ciencia en sí misma no se puede encontrar nada que sirva de base a los principios éticos y morales.
Pero, ¿por qué no se codifican en las mentes o, mejor dicho, en las neuronas de los bebés y de los niños algunos de los hechos de la vida, lo que verdaderamente somos, de dónde venimos, el universo, los océanos, y se intenta que tomen conciencia de la realidad y la acepten tal como es?
Seguramente se les podría explicar lo que somos, lo que son nuestros hechos biológicos, incluso los del cerebro; pero, ¿cómo decirles lo que es bueno y lo que es malo?
Sí, claro, pero es evidente que tampoco sirve de nada decirles que Cristo o cualquier otro mesías dijo tal o cual cosa. Incluso el Libro Rojo de Mao no dio resultado.
Si no se puede deducir lo que es bueno o malo a partir de principios primarios, tal como hacemos en matemáticas o física, y los principios éticos y morales no se pueden obtener de esa forma, entonces se necesita hacer uso de la autoridad. No se me ocurre ninguna otra cosa. ¿Cómo explicar a los niños que no tienen que matar?
Sukarno, el presidente de Indonesia, siempre le decía a su hija pequeña, Sukmawati, que no matase a las libélulas que entraban en su estudio, sino que las cogiera y las echase fuera. La niña nunca lo olvidó. ¿Necesitamos en realidad una Biblia o Corán para aprender esto?
No obstante, ¿en qué se basarían entonces mis argumentos, cuando les dijera a mis nietos que no deben hacer daño a las cosas, que es mejor amar que odiar?, ¿en qué se basarían realmente?
A este respecto, la Biblia siempre ha sido el vehículo de la verdad y la realidad. Creo que a lo largo de estos dos mil años hemos estado equivocados tratando de lograr un resultado positivo mediante tan ingenua mnemotecnia. Al parecer, el cerebro no comprende realmente, puesto que no estamos mucho más desarrollados que cuando los cristianos asediaron Constantinopla, en el nombre de Cristo, para degollar a los musulmanes, que se suponía eran paganos. Vietnam fue una repetición de esa estupidez. | |
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Se podría decir, como hace mucha gente, que la religión es un mito, o que verdaderamente no tiene nada que ver con la realidad. Pero proporciona las bases para los principios éticos y morales, y esas bases son necesarias.
¿No podríamos inventar nuevas formas de educar a los niños? Ya que, después de todo, enseñarles la Biblia o cualquier otra religión mucho antes de que puedan valerse por sí mismos para asearse o comer con cubiertos, es tan adoctrinante como el hecho de que a los niños soviéticos, ya en el jardín de infancia, se les inculque la idea de que Lenin es el padre del Estado. En las granias cooperativas de Ucrania he visto cómo les mostraban fotos de Lenin con un gato en su regazo. A Lenin le gustaban los gatos, por tanto, como a los niños les gustan los animales, Lenin también les gusta.
Por fin, los venezolanos se han decidido conscientemente a tratar de mejorar la calidad del producto: la raza humana. Lo hacen con el asesoramiento de, entre otros, equipos de Harvard, Cambridge, Barllan, etc., y afirman que se pueden mejorar las habllidades del pensamiento de la misma forma que se puede enseñar a nadar o a tocar el piano Ga naar voetnoot(2).
Hasta cierto punto, quizá sea verdad que esto se pueda hacer. Pero se tiene que madurar mucho en la vida antes de que las relaciones cariñosas y sencillas se hagan evidentes. Cuando mi nieta, la niña que vino aquí hace un momento, entra por la mañana en mi habitación para darme un beso y despertarme, creo que merece la pena vivir.
Pero no estoy seguro de que sintiese lo mismo cuando tenía quince años. Lo dudo mucho.
Pero a los niños pequeños se les abruma con cuentos de hadas, príncipes y princesas que viven felices para siempre y con Dios sabe qué cosas más. ¿Cuántas perturbaciones, llantos y otros daños se produce a las criaturas que se están formando antes de que lleguen a ser completamente conscientes del mundo real? ¿No sería mucho mejor enseñarles un modelo del mundo más realista, sobre todo en la era nuclear, que volver a repetir las trilladas historias de los cuentos?
Sí, creo que sí.
Hablando de la carrera armamentista, usted mismo dijo que sólo la humanidad podía parar esa locura. Advirtió que nadie sabe cómo | |
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frenar tal insensatez. Pero los venezolanos, al menos, han dado un primer paso para abordar la cuestión.
Bruno Bettelheim, bajo el supuesto de que tratamos a los niños como si fueran 'idiotas', hizo hincapié en que en la Unión Soviética, por lo menos, consiguieron que el primer día del curso los alumnos fueran al colegio con flores para sus maestros. En Nueva York, el alcalde Koch hizo publicar una ley por la que se prohibía que los niños llevasen revólveres y otras armas a las escuelas, porque mataban a muchos profesores. Por lo menos, en la Unión Soviética parece que se ha conseguido inculcar a los niños el respeto por la ciencia.
Probablemente no se trate de algo pasajero. Hubo un tiempo en que, en este país, nos comportábamos de una manera similar. El profesor de escuela de un pueblo pequeño solía ser la personalidad más estimada y, a menudo, también era la más educada. Pero ahora eso ha cambiado y, lamentablemente, no para mejor.
¿Cuál es la explicación?
No hay muchas, y las que hay no son muy buenas. En primer lugar, está el plano puramente económico: pagamos muy mal a los profesores en relación con el resto de la sociedad. No se les puede pedir mucho si no se les paga.
Por lo visto, en el ejército se da el mismo problema; los especialistas se van a la industria privada, donde ganan dos veces más.
Por supuesto, se trata de lo mismo. Y, claro, la enseñanza, por lo general, era una profesión estrictamente femenina. Las mujeres no tenían muchas otras salidas. Por tanto, las que eran muy inteligentes, elegían esa carrera. Existía una selectividad muy fuerte, que ya no es fiable.
Supongo que el nivel general de aprendizaje en todo el mundo, incluyendo nuestro país, era mucho más bajo que ahora. Un título superior significaba algo, y ahora no es nada.
Pero, no está claro por qué es así, por qué gastamos constantemente más dólares por niño, y aún seguimos más descontentos con los resultados que en cualquier otro momento. La verdad es que no conozco la respuesta.
La falta de disciplina es una de las causas. La permisividad del sistema escolar, el fracaso para mantener modelos, son algunos aspectos del problema, pero ninguno de ellos da verdadera cuenta de él. | |
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Un amigo mío, hijo de Yale Dean, que se doctoró en filosofía, en la Universidad de Colorado, con muy buenas notas, acabó siendo carpintero en Illinois. ¿A qué se debe esta tendencia a apartarse del trabajo intelectual?
Lo que hizo su amigo fue buscar fines y propósitos; fue descubrir que, después de todo, lo que había ganado en la vida no valía la pena. En cierto sentido, representa una decisión muy saludable, porque significa que hay muchos seres humanos que no se limitan a andar a tientas e inseguros, sino que encuentran la oportunidad de actuar y saben hacer los cambios necesarios. Su vida no se quedó estancada a los quince años. Y creo que eso es saludable.
Por supuesto, un país como Venezuela, con lo que supone la entrada en su tesoro de un flujo repentino y continuo de billones de dólares en ingresos de petróleo, comienza a plantearse la mejor manera de elevar el nivel educativo, y de esta forma la inteligencia de las masas, para poder hacer frente a la avalancha de nuevas tecnologías.
Lo que distingue a Venezuela y otros países es que son ricos.
No recuerdo en qué año fue, 1968 o así, fui a Chile para inaugurar un nuevo telescopio en una montaña y pasé allí toda la noche con el presidente Eduardo Frei. Mirábamos por el telescopio y dialogábamos. Recuerdo que en un determinado momento, el Presidente sugirió que Chile tendría que emplear a ingenieros, científicos y físicos altamente cualificados. Me mostró un montón de grandes cajas, que había allí al lado, llenas de equipo americano recién recibido. ‘Ni siquiera tenemos gente que abra estas cajas y arme todo el equipo’, dijo.
Creo que ese es también el caso de Venezuela. Sólo se les puede desear lo mejor, siendo un poco irónicos en cuanto al resultado. Quizá, lo único que puedan hacer es acelerar el proceso.
Bueno, incluso el Gobierno de Pekín ha enviado ya una misión y está experimentando con unos sesenta millones de niños chinos en edad escolar, basándose en lo que se está haciendo en Venezuela.
Puede que haya muy buenas razones para intentar todo esto, pero no puedo opinar porque no sé nada de ello. Es un tema que no he estudiado detenidamente. Simplemente, tengo la sensación de que, en efecto, parece que queremos conseguir la perfección de los seres humanos, y por eso en este momento ya se han iniciado estos programas. | |
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Desde luego, no tenemos ningún motivo para pensar que la capacidad de las neuronas, que constituyen el cerebro, esté saturada. No hay ninguna razón para creerlo.
Margaret Mead me dijo: ‘esta es la década del cerebro’Ga naar voetnoot(3). Es como si realmente la supervivencia de la raza humana dependiera cada vez más de la forma en que utilicemos las tres libras de protoplasma de nuestras cabezasGa naar voetnoot(4).
Me parece verdaderamente horrible.
¿Porque cree que es clerto?
No, horrible en el sentido de que, si recapacita en lo que acaba de plantear, está usted diciendo en realidad que las decisiones más importantes referentes a la vida en este planeta, al futuro de la humanidad, van a depender de lo que enseñemos a los niños. Eso es, ni más ni menos, lo que afirma.
Y si todos los niños se amasen, si el odio fuera desconocido, si se hiciera hincapié en la racionalidad o en la bondad, cualquier cosa que pueda ser ésta, no tendríamos que preocuparnos por los misiles nucleares ni por los submarinos 'Trident'.
Pero, el problema reside en que, cualquiera que sea el sitio donde estemos, a la mayoría de la gente no se le puede otorgar la inmensa cantidad de confianza que hay que poner en las personas que están al cargo de los niños, y no me refiero a sus padres, sino al sistema escolar, la Iglesia, etc.
Sigo pensando que no podemos seguir llenando de absurdos el cerebro humano.
Lo primero que tenemos que comprender es que una sola neurona de nuestro sistema nervioso central, puede tener muchas sinapsis, cada una de las cuales le da una instrucción. Al final puede activarse o no. Integrará todas esas informaciones, y todas ellas serán clasificadas. Algunas son fuertes y otras débiles. Esa es la realidad de la existencia humana.
Sin embargo, es todo este activar y no conseguir activar que hay en la masa cerebral de nuestras cabezas, lo que determina la clave de la supervivencia de las especies. | |
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Pero también hace que sea muy difícil confiar en cualquier sistema educativo ideado o hecho por el hombre.
Pero, ¿qué es lo que tenemos ahora? Un no-sistema de educación totalmente anticuado.
Sí, es verdad, ¿se refiere usted a lo que pasa en lrlanda, por ejemplo, no?
Sí, o fijese en nosotros mismos, con nuestra desconfianza y odio a los comunistas y los rusos. La supervivencia parece depender de la preparación de las generaciones futuras para vivir en armonía en este pequeño planeta, y para descubrir formas de conciencia y de abordar la realidad completamente nuevas.
En este reducido planeta, que de todos modos permite que dos naciones se destruyan de una manera por completo incomprensible, de una manera que es una verdadera locura.
Hace algunos años, el doctor Laing me dijo que la humanidad se había vuelto completamente loca.
Me doy cuenta de que a sus amigos Machado, Delgado, Feuerstein y todos los demás, les gustaría modificar la conducta y mejorar el aprendizaje de los seres humanos para que cuando lleguen a adultos sean personas responsables, sensatas y quizá, incluso, amables y útiles.
Pero yo no sé cómo se puede hacer esto.
Pero, ¿no cree que debemos darnos prisa y buscar una forma de conseguirlo?
Lo que quiero decir es que la tarea es mucho más difícil de lo que nunca nadie imaginó. El cerebro es bastante más complicado de lo que creíamos.
Pues ellos creen que se pueden mejorar los 'engranajes' de los cerebros. No se engañe. Por el hecho de que los ordenadores y sistemas de computadoras tengan procesos que parecen análogos a los del cerebro, no debería usted pensar que son semejantes.
El cerebro no es una computadora, y no funciona como tal, la única razón por la que parece haber cierta analogía, está en que la unidad fundamental, la neurona, es como el elemento fundamental de una | |
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computadora, que puede decir 'sí' o 'no'. Está encendido o apagado, uno o cero, según la notación que se quiera utilizar. Y en el cerebro, una neurona se activa o no se activa.
Pero las computadoras no tienen esa increíble riqueza de conexiones con subconexiones que a su vez tienen otras subconexiones y así sucesivamente.
En el fondo, no hay ninguna razón para pensar que el cerebro se parezca de alguna forma a una computadora, o que lo que se aprenda mediante la manipulación de la información de las computadoras vaya a mejorar necesariamente la capacidad de apreciar el cerebro o vaya a afectar la conducta.
La importancia de las computadoras radica en que son un instrumento para tratar de comprender el cerebro. Es algo muy importante, pero no debemos engañarnos creyendo que estamos estudiando un modelo del cerebro, porque no lo es.
Por lo que he podido hablar con ellos, sé que los científicos que trabajan en el proyecto venezolano son muy conscientes de este hecho. Pero, me gustaría preguntarle: ¿no son los genes los que transportan la información?
Claro que los genes transportan la información, ¿qué otra cosa van a llevar? En un sentido general, podríamos decir que esa es su misión. Usted nació con una información que contenía toda una serie de instrucciones para que ese huevo fertilizado al crecer se convirtiera en Willem Oltmans. Es el fenómeno más sorprendente y extraño del universo. No hay ninguna otra cosa semejante.
Entonces, estamos predestinados.
Una vez que la fertilización ha tenido lugar, sabemos que surgirá un nuevo individuo.
¿Cuántas veces ha recalcado usted que este mundo lo hace la gente! El cerebro es todo lo que tenemos, es nuestro último árbitro. Sin embargo, apenas estamos familiarizados con sus hechos biológicos. ¿Hasta cuándo vamos a poder seguir jugando a la ruleta rusa con la vida?
Tiene gracia.
¿Qué?
Tiene gracia. Lo que quiero decir es que con la palabra 'jugarse', expresamos un proceso aleatorio. Nos unimos a las personas de | |
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manera fortuita y salimos de esa mala relación yéndonos al otro extremo, otro hombre, otra persona. No me imagino una solución mejor.
Puedo pensar en la ingeniería genética tratando de librarnos de las enfermedades genéticas. Eso sí me lo imagino. Lo que no me puedo imaginar es una forma más positiva de crear un nuevo tipo de personas.
¿Qué es lo que habría que codificar?
No lo sé exactamente.
Sin embargo, no somos animales. Somos capaces de reflexionar sobre lo que Albert Camus denominó 'La condition humaine'. Aunque, ¿de qué sirve reflexionar si no utilizamos correctamente la maquinaria con la que estamos dotados?
Acaba usted de describir la forma en que desaprovechamos nuestras capacidades, eso es lo que acaba de decir. Sólo que no sé muy bien cuáles son las limitaciones que la naturaleza y la infinita magnitud del cerebro imponen a las realizaciones humanas. Lo que está muy claro es que todavía tenemos mucho camino que recorrer. |
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