¡Levantate Watapana!
Los neerlandoantillanos quieren reconocimiento del Papiamento como lengua. (Henry Habibe, fundador de esta revista literaria: ‘En esta lengua voy buscando mi propia identidad’)
De cuanto tenga que ver con las Antillas Neerlandesas, sólo se puede escribir, hoy por hoy, en menor. Excepción hecha, acaso, de aquello que escriben los funcionarios del servicio de información y los redactores de textos de las oficinas de turismo. Ellos se afierran, contra viento y marea, a una unilateral y alegre visión del mundo. No llegan a escribir un libro como ‘Een doekje voor het bloeden’ (Paños calientes), de Miep Diekmann, obra que precisamente para esta gente resulta aleccionadora.
Henry Habibe, seguramente, lo habrá leído con anuencia, especialmente el capítulo en que la autora esboza un cuadro - sombrío, claro esta - del estado de cosas en las letras neerlandoantillanas. Y esto no tan sólo porque a este arubano de treinta años - quien en Nimega está combinando el estudio de lengua y literatura españolas con la producción de poesía y la dirección de la revista literaria ‘Watapana’ - se le nombra en ese capítulo sino principalmente porque habrá encontrado en Miep Diekmann interés y comprensión por su propia ‘lucha’. Es que Henry Habibe y sus corredactores de la plantilla de ‘Watapana’ están sumergidos en una lucha constante contra el problema de la identidad, si bien es cierto que ha logrado dar norte a ese constante buscar suyo.
Habibe mismo lo plantea de esta manera: ‘Como neerlandoantillano voy en busca de mi mismo, de mi propia identidad. Tiene sentido agarrarse en una situación como ésta, a algo que es enteramente de uno mismo. Para mí como poeta este algo propio es mi lengua; el papiamento es mío; de ahí que busco en esta lengua mi propia identidad’.
Para proporcionar una plataforma a su intención y poder exteriorizar su convicción, Habibe se sumergió en julio de 1968 en la aventura de una revista literaria propia, una iniciativa que, de tarde en tarde, suele dar a todos los jóvenes poetas buenas rompederas de cabeza. Pero, nota curiosa, ‘Watapana’ sigue saliendo, gracias a una generosa subvención de la Stichting Culturele Samenwerking (Fundación para Cooperación Cultural) más conocida como ‘Sticusa’.
La denominación ‘Watapana’ no ha sido una arbitraria. Se trata de una voz de origen indio y significa lo mismo que dividiví, un árbol característico para las Antillas Neerlandesas, leguminoso con el copo inclinado en una dirección determinado por efecto del viento alisio.
Henry Habibe: ‘Hemos escogido el nombre de “Watapana” por resultar éste más eufónico que dividiví. Pero más importante aún es que “Watapana” es para nosotros el símbolo del pueblo que anda gacho’.
En uno de los primeros números de ‘Watapana’ Habibe publicó un poema corto para el que se inspiró en este símbolo, precisamente: ‘¡Lanta para, Watapana!’ (¡Levántate Watapana!) Incorpórate como el cactus de la sabana anclado en su fila,