Watapana. Jaargang 3
(1970-1971)– [tijdschrift] Watapana– Auteursrechtelijk beschermd
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[Nummer 1]IntroduccionPara formarse una idea del dilema lingüístico de las Antillas holandesas convendrá destacar algunos aspectos histórico-literarios. Nos limitamos a las tres islas de Sotavento: Aruba, Curaçao y Bonaire, ya que la situación lingüística de las demás islas neerlandesas (Saba, San Martín y San Eustaquio) es distinta. Allá se habla el inglés, acá hablamos el papiamento. Durante casi tres siglos el arubano, el curazoleño y el bonaireño se han visto obligados a hablar, además de su lengua materna, también el holandés, por la simple razón de que ésta es la lengua oficial impuesta por la Enseñanza neerlandesa. No es de extrañar que el idioma español también haya desempeñado un papel importante en nuestras islas, dada su situación geográfica a una distancia de más o menos 70 kilómetros de la costa venezolana (las montañas de Venezuela son visibles con tiempo claro). En el auge de la lucha por la independencia muchos exiliados hispano-americanos acudieron a nuestras islas, lo que dio lugar al nacimiento de una literatura en lengua españolaGa naar eind1). La segunda guerra mundial, sin embargo, marcó una nueva etapa en la situación política. En 1954 el pueblo vio realizada su aspiración a la autonomía. Y como consecuencia de la nueva situación se comprende que brotara un ferviente interés por la lengua vernácula, el papiamento. Ya en 1950, una joven generación de poetas (Pierre Lauffer, Nicolás Piña e.o.) había puesto en marcha el movimiento de recuperación del lenguaje criollo, rechazado por la Enseñanza. Pero a pesar de que el papiamento se habla en todas las capas de nuestra sociedad, algunos intelectuales se dieron cuenta de que con el papiamento no era posible mantener contacto con el mundo exterior y optaron por el holandés, lógica consecuencia del régimen colonial, que por lo general les estrecha la visión a los súbditos. Quien parece haberse dado cuenta de los verdaderos términos de la situación lingüística es el curazoleño Luis Daal, uno de los pocos antillanos verdaderamente trilingües, que domina el papiamento, el neerlandés y el español. Ahora bien, al lado de los autores y poetas que suelen expresarse por lo regular en lengua holandesa (Debrot, Van Leeuwen, Marugg, Martinus), tenemos a los cultivadores del papiamento, poetas, cuentistas y novelistas como Pierre Lauffer, Luis Daal, Elis Juliana, Hubert Booi y Guillermo Rosario que aspiran a cantar para el pueblo en su propio idioma, sacando a la luz el auténtico color local del país. Casi todos se han prendado de los temas raciales y sociales. Pero es preciso señalar que el sano reclamo, o sea el compromiso de la literatura moderna, queda, a nuestro modo de ver, excesivamente sobreentendido, encubierto, a excepción, tal vez, de alguna que otra obra de Guillermo Rosario. No nos extraña que la orientación cultural demasiado unilateral de la sociedad antillana haya llegado a perjudicarla y a rendirla incompleta. He aquí el sentido especial que contienen los renglones de un poema de Frank Martinus, escrito original- | |
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mente en papiamento: ‘Si te vas a Holanda, te quedas, al volver, como un barco mal amarrado...’Ga naar eind2). Miep Diekmann, autora holandesa, ha subrayado esta visión recientemente, afirmando que ‘la corriente cultural unilateral desde Holanda fue bien intencionada pero ha sido mal organizada’Ga naar eind3). Ahora bien, no vayamos a pensar que las Antillas holandesas no tienen ideas claras y prácticas sobre la emancipación política. La prueba la tuvimos bien patente el 30 de mayo del año pasado. Diez años después de estallar la Revolución cubana, arde Willemstad, capital de Curaçao. El pueblo, harto de los abusos de los explotadores nacionales y extranjeros, puso fuego a sus casas de comercio. Pero si tenemos en cuenta que ya en 1911 una revista (‘Cardos y Lirios’) que estaba dirigida contra el Gobierno de las Antillas fue prohibidaGa naar eind4) y que sólo durante los años 1963-70 fue cuando se publicaron las revistas de intención política (‘Kambio’, ‘Vitó’) no nos ha de extrañar que la conciencia política quedara inexpresada en la literatura de las Antillas Holandesas. Sin embargo, cabe mencionar aquí la obra poética (en papiamento) de Frederico Oduber, cuyos versos de intención político-social saltan como flechas de protesta en una sociedad corrompida e invertebrada. Ya Frank Martinus, otro exponente de la ‘generación de protesta’, se dio cabal cuenta de que nuestros problemas fundamentales no se solucionan con sólo ir a Holanda en busca de ciencia y cultura europea. A estas alturas en que nos estamos haciendo conscientes de nuestro nacionalismo más vale seguir los pasos de los grandes hombres de Latino América que dirigir eternamente la mirada hacia Holanda, donde la gente no tiene noción de nuestra idiosincrasia y de nuestro modo de ser. Nos conviene, pues, volvernos de cara a la literatura hispanoamericana en que vemos tratados problemas idénticos o muy parecidos a los nuestros. Literatura que Roger Caillois considera como la ‘littérature de demain’Ga naar eind5). Es aquí donde cabalmente cuadran las ‘coplas americanas’ del poeta cubano Nicolás Guillén: ....................
Jamaica en inglés llorando
Haití en patuá;
en papiamento otras islas,
y todas sin libertad.
De Muñoz en Puerto Rico
quiero saber
por qué dice, siempre dice,
dice siempre, dice: yes.
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Santo Domingo, tan santo,
deja tu altar;
tan santo, Santo Domingo,
y vámonos a la mar.Ga naar eind6)
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El Dr. F.W. Prins, catedrático de la Escuela Superior Agraria de Wageninga, Holanda, acaba de presentar al Goberno antillano un estudio en el que dice que ‘la enseñanza del español en la escuela básica sea rechazada rotundamente. Es preciso estimular esta enseñanza, mas... jno en la escuela básica!’ En cambio, el holandés sí debe aprenderse desde el tercer año de la escuela primaria. ¡Menuda exigencia! Y pensar que el español, desde el punto de vista sico-lingüístico pudiera ser la culminación de la evolución del papiamento y que el holandés, en comparación con el inglés o el español, no hace posible el contacto con el mundo exterior. Recomienda Jules de Palm, profesor antillano de neerlandés, establecer escuelas bilingües papiamento-holandés en las Antillas para evitar el clima de tensión que existe actualmente en las aulas. Porque resulta que el holandés cohibe sicológicamente a los alumnos, cuando entran, por primera vez, en la escuela. Pero a nuestro modo de ver el dilema lingüístico y el problema de la enseñanza no se solucionan fundando escuelas bilingües papiamento-holandés, ya que esto sería seguir encarados hacia la cultura holandesa que, como hemos visto, nos deja como ‘barcos mal amarrados’. El holandés no nos facilita la comunicación con nuestros vecinos en el Caribe ni nos hace posible el contacto con el resto del mundo. De ahí que el mensaje artístico-cultural que tenían y tienen Colá Debrot, Boeli van Leeuwen, Tip Marugg, Frank Martinus y otros muchos, haya quedado reducido al público de Holanda y tal vez de Surinam (Guayana Holandesa), salvo aquellas obras que han sido traducidasGa naar eind7). No nos extraña que G.R. Coulthard no haya recogido las obras de estos autores en su estudio ‘Raza y color en la literatura antillana’. En cambio, están tratadas las obras en francés de los escritores haitianos, en inglés de los jamaiquinos y de las demás islas británicas, y en español de los escritores cubanos y puertorriqueños. Es lamentable que no se hayan ni siquiera mencionado los nombres de Debrot, van Leeuwen y Frank Martinus, porque son precisamente estos autores neerlando-antillanos los que también han tocado el tema negro (‘Niger sum, sed pulcher’) en lengua holandesa. La actual Enseñanza nos obliga, salvo en algunos casos, marcharnos a Holanda para poder seguir una carrera universitariaGa naar eind8). Nuestra expresión artística la determina Holanda con su ‘sistema de cultura unidireccional’. Nuestros profesores los tenemos que traer de Holanda dada la escasez que de ellos existe en nuestras islas. | |
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¡Cuánto más fácil no sería la solución del problema, si tendiéramos un puente hacia nuestros vecinos hispano-hablantes! ¿No vale la pena pensar en una escuela bilingüe papiamento-español? Somos latinos por los cuatro costados y nuestra personalidad no ha de ser lo que sugirió cierto articulista al decir ‘el antillano está con los pies clavado en su propia tierra, con el corazón en Sur América y con la cabeza en Europa’. Es preciso tener la cabeza asentada encima de nuestro cuerpo para meditar sobre lo que sigue gritando Frank Martinus por las calles:
‘Tenemos que antillanizar la enseñanza en las Antillas Neerlandesas!!’
El Redactor |
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