Orígenes y evolución del Papiamentu: Dr. H.L.A. van Wijk
No aspira este artículo a dar una caracterización completa del Papiamentu, sino sólo a esbozar los orígenes y la evolución de tan curiosa lengua. Las opiniones de los lingüistas sobre los orígenes y composición del Papiamentu muestran gran divergencia. Buena prueba de ello son las definiciones del curazoleño que nos encontramos en enciclopedias: ‘holandés chapurreado por los indígenas de las Indias Occidentales’, ‘español corrompido’, ‘negro-español’, ‘una jerga a base principalmente de un castellano simplificado’, ‘a mixture of Dutch, Spanish, English, French, Portuguese, African and Indian’, ‘un idioma compuesto principalmente de elementos castellanos y holandes es’ y otros por el estilo.
Según los datos de que dispongo, la más antigua definición del Papiamentu la debemos al Padre Alexius Schabel, que durante muchos años ejerció su apostolado entre los indios de Venezuela y hacia 1704, tras una breve estancia en Curazao, escribió que los esclavos negros de esta isla hablaban un español chapurreado.
A principios del siglo XIX, el ministro protestante G.P. Bosch, nombrado en Curazao en 1815, expuso la opinión de que una ‘lengua’ como el Papiamentu es perjudicial para el desarrollo de la inteligencia y para el conocimiento del holandés.
Si el ministro protestante Bosch calificaba el Papiamentu de lengua, ya fuera ello, aña diendo el epíteto de perjudicial, el curazoleño Abraham Jessurun llegó más lejos en su crítica afirmando en la Segunda Memoria de la ‘Geschiedkundige-, Taal-, Land- en Volkenkundig Genootschap (=Sociedad de Historia, Lingüistica, Geografía y Etnografía) de 1898 simple y escuetamente: ‘El Papiamentu no es lengua’. Un diputado de los Estados de Curazao proclamó hace pocos años que el Papiamentu no es idioma independiente, sino un ‘patois’.
Como vemos, reina, pues, en el campo de los lingüistas y estudiosos gran diversidad de opiniones en cuanto a los orígenes del vehículo de expresión que queda limitado a las tres islas de Sotavento. (Aruba, Bonaire y Curazao; red.)
Con razón observa el Sr., W.J. van Balen, el gran conocedor de las naciones de habla española y portuguesa, en su estudio ‘Papiamentoe en Portugees’ que todos los autores que se han aventurado a lanzar teorías sobre los orígenes del Papiamentu y sobre los diversos elementos que integran este idioma, carecían de sólido conocimiento del Portugués.
‘La mayor parte de los que se han ocupado de este tema estaban más o menos familiarizados con el español, pero no con la otra importante lengua iberorománica, el portugués y esta limitación de horizontes los ha impulsado una y otra vez hacia el origen español del Papiamentu’, añade van Balen.
Como después se verá, estoy de completo acuerdo con v. Balen en reconocerle a la lengua coloquial antillana una amplia base portuguesa, al mismo tiempo se hará patente que discrepo de él en cuanto a atribuir tal base exclusivamente a los ‘judíos portugueses’ (como se designa generalmente a los sefardíes que hubieron de salir de la Península a partir de fines del siglo XV) procedentes de Holanda, que en la segunda mitad del siglo XVII buscaron refugio en Curazao y oriundos en parte de la metrópoli; en parte expulsados del Brasil, donde se habían establecido primero.
Pasemos ahora a considerar el medio histórico y social en el que se formó y evolucionó el Papiamentu de jerga de esclavos a lengua de uso general, incluso a lengua cultural.
Curazao fue descubierto en 1499 por el capitán español Alonso de Ojeda, uno