Debate sobre el crecimiento
(1975)–Willem Oltmans– Auteursrechtelijk beschermd60. Freeman DysonEl profesor Dyson enseña física en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, Nueva Jersey. | |
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así como de la Agencia del Espacio y la Agencia del Desarme. ¿Cree usted, como ha escrito Arthur C. Clarke,Ga naar voetnoot1 que ‘no somos los únicos náufragos sobre la minúscula almadía del sistema solar en su eterna deriva por la Corriente del Golfo de la galaxia’.Ga naar voetnoot2
No lo sé, y me gustaría mucho saberlo.
¿Y cómo to sabe Clarke?
Es cuestión de fe. Muchos de mis colegas comparten esta religiosa creencia de no estar solos en el universo. Espero que estén en lo cierto. El universo sería mucho más interesante si lo estuvieran.
ToynbeeGa naar voetnoot3 cree que esa odisea del espacio ha sido un derroche.
A la larga, desde luego no habrá sido un derroche. La forma en que hasta ahora hemos procedido no es la acertada. El programa terminó en un callejón sin salida. Esto no sorprende a ninguno de los que participaron en el proyecto. Se procedió en forma muy extravagante y, por muchos motivos, poco inteligente. No obstante, se hizo, y esto es lo principal. Prefiero que se haya ido a la Luna de esa manera a que no se hubiera ido de ningún modo. Si pretendemos realizar algo razonable en el espacio, lo que necesitamos es abaratar el viaje. Esas naves, como las Apolo, me recuerdan mucho aquellas grandes naves aéreas de mi juventud, el R 101 de Inglaterra y el Hindenburg de Alemania; maravillosas, bellas, frágiles naves, con su capacidad de carga absurdamente pequeña. Muy parecidas a nuestras Apolo. Lo que necesitamos es el equivalente del Boeing 747. Creo que llegaremos a tenerlo, pero tardaremos un rato. | |
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¿Cree usted que los soviéticos hayan acometido la exploración del espacio más inteligentemente?Ga naar voetnoot4
Yo no lo diría así. Es difícil juzgar, pues ellos no publican sus costos. Me atrevería a decir que lo han hecho algo más estúpidamente que nosotros; pero eso es materia de apreciación. Ellos también se propusieron objetivos equivocados.
¿Por qué erróneos?
Porque les ha interesado más el cohete en sí que lo que éste transporta. Por lo que sabemos, la gente que dirige el programa espacial soviético está aún menos en contacto con los fines científicos que la gente que dirige el nuestro; pero hablo sabiendo muy poco, pues casi ninguno de nosotros ha tenido jamás oportunidad de hablar con esa gente.
Al haberse reducido los peligros y mejorado las relaciones, ¿cre usted que haya aumentado la posibilidad de una más estrecha y franca comunicación con sus colegas espaciales soviéticos?
Nosotros ya mantenemos una comunicación bastante buena con nuestros colegas, es decir, con la gente que participa en el programa desde afuera. Creo que también se ha establecido una comunicación razonablemente buena entre la gente de adentro de ambos lados. Lo que no se ha conseguido es establecer muy buena comunicación entre los que trabajan afuera y los que lo hacen adentro, ni en uno ni en otro sentido. Sin embargo, estas son cosas pequeñas, comparadas con el futuro de la humanidad.
Hace muy poco que los Estados Unidos han logrado completar el primer mapa de Marte, compuesto de siete mil imágenes de televisión trasmitida desde una distancia de cin- | |
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cuenta y cinco millones de kilómetros. ¿Qué importancia tiene este logro?
Es imposible decirlo. Cuando se descubrió América tampoco se pudo valorar en seguida la importancia del acontecimiento.
¿Ha sido un paso hacia adelante?
Un paso gigantesco. Es la primera vez que tenemos una imagen clara de otro planeta que el nuestro. Adonde nos llevará esto es algo que ni yo ni nadie puede todavía decir. El paso siguiente será orbitar en torno a Marte dos naves, hacia 1975 o 1976, a fin de tomar vistas mucho más de cerca. Habrá de pasar mucho tiempo para ver cuáles son las cosas razonables que hemos de intentar hacer. Por ahora estamos apenas empezando a explorar el planeta Marte.
En el New York Times ha expresado usted la opinión de que es importante reunir más inteligencia sobre las galaxias, el universo.Ga naar voetnoot5 ¿Es eso posible? ¿Se están empleando computadoras para ello?
El acceso consiste en echar una mirada y ver lo que hay allí. La mayor parte de los aparatos necesarios para ello no son demasiado complicados. Hemos de mirar con telescopios ópticos ordinarios, de la clase ya en uso. Necesitamos más telescopios de todas las clases. Actualmente padecemos una aguda escasez de telescopios ordinarios, del viejo estilo. Son más numerosos los astrónomos con buenas ideas que los telescopios. Estamos empezando a conformar una visión del espacio en la que aparece buena cantidad de cosas nuevas. La más importante revelación que nos ha hecho el programa espacial, en cuanto a la ciencia concierne, es el descubrimiento de fuentes de rayos X en el cielo. Esto significa el inicio de una astronomía de nuevo género. Y lo hermoso de esto es que resulta relativamente barata. Lo más importante que la ciencia ha hecho en nuestro programa espacial ha costado menos del uno por ciento del total gastado en el programa. Toda la astronomía del espacio se ha realizado por medio de satélites no tripulados. En particular, la astronomía de los rayos X se ha realizado con cohetes bastante pequeños. Estas observaciones no requieren mi- | |
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les de millones de dólares. En realidad, se hacen mucho mejor sin miles de millones de dólares.
¿Se refiere a lo que usted llama astronomía infrarroja?
No. La astronomía infrarroja se ha hecho casi exclusivamente desde tierra.
¿Y es fructífera?
Es fructuosa, pero también padece por la escasez de telescopios.
¿No tienen ahora los soviéticos el mayor telescopio del mundo?
Todavía no ha entrado de lleno en funcionamiento, aunque lo hará en breve plazo.
Será un importante paso hacia adelante.
No está claro. Los rusos se manifiestan escépticos al respecto. Parece que no se ha emplazado en el lugar adecuado. Por lo que sabemos, parece que no se lo lleva muy bien. No obstante, ya veremos. Será un buen instrumento. Estoy seguro.
Hablaba usted hace poco de un posible desarrollo enteramente nuevo, ‘el verdecer de la galaxia’. ¿Es probable que ocurran nuevos descubrimientos en el universo que sitúen los límites del planeta en una diferente perspectiva?
Hay una cosa que usted puede decir con seguridad respecto al futuro: que no será como todos esperan, incluso yo, claro está. No pretendo predecir lo que haya de ocurrir. Predicciones del género de las hechas por el Club de Roma -o, más bien, por Forrester y Meadows- me parecen aún menos convincentes que la mayor parte de las demás. Lo que me ha enseñado mi observación del mundo durante los últimos treinta o cuarenta años es que los cambios cualitativos siempre sobrepujan a los cuantitativos. Siempre que el mundo parece encaminarse en determinada dirección, como consecuencia de cambios cuantitativos, irrumpe algún nuevo factor cualitativo que altera por completo la índole del problema. Así ha sucedido una y otra vez. | |
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La fusión del hidrógeno...
La fusión del hidrógeno podría o no causar ese efecto. A mi juicio, no significa un cambio cualitativo suficientemente grande. Es sólo una pequeña variación. Muchos de los grandes cambios son más bien intangibles. Hace solamente unos cuantos años que la gente comenzó a hablar del crecimiento nulo de la población. Ahora ya se va a clausurar una escuela elemental de Princeton, por no contar con suficientes alumnos. Para llegar a esto han bastado sólo cinco años o así. Las cosas corren con ridícula rapidez. Creo que cosas semejantes han de repetirse una y otra vez en el curso de los próximos cien años. Estoy dispuesto a predecir que cualquiera que hubiere de ser el motivo de preocupación para la gente durante los próximos cien años, no serán los problemas que tanto excitan a Forrester y Meadows, Puedo equivocarme, claro; todos podemos errar. Pero lo más importante para mí es estar siempre preparado para un giro inesperado.
Y hablando de la posibilidad de cultivar árboles en los cometas y de alimentarnos de subproductos biológicos...
No esperamos ninguna gran sorpresa de la física, que es la parte de la ciencia que yo cultivo. También podemos equivocarnos en esto, pero creo que no va a ser la física la frontera principal del progreso científico en los próximos cien años. La principal frontera será la biología. Se producirán enormes cambios en lo que pensamos acerca de nosotros mismos y de nuestro ambiente, como consecuencia de haber penetrado en el conocimiento de los procesos vitales al punto de hacernos posible dominarlos. Todavía no ha ocurrido, pero creo probable que suceda en los próximos cincuenta años. Tendremos entonces sobre los procesos vitales básicos el mismo dominio que hoy hemos logrado en la física y la química. Esto supondrá un gran cambio en cuanto al lugar del hombre en el universo y el esquema de las cosas. Lo que voy a decir no es una predicción, sino el planteamiento de una cuestión: podría ser que, dentro de cien años a contar de ahora, el principal motivo de preocupación sea si los hombres constituirán una sola especie o un millar de especies.
¿Que quiere usted decir?
¿Seguiremos los hombres formando una sola especie o nos | |
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habremos diversificado al grado de constituir un millar de especies distintas?
Diseminados por las galaxias...
No necesariamente. Tal vez en la Tierra misma. No es necesario que nos extendamos por el espacio para que se presente este problema. Ya lo tenemos aquí.
Para que ese millar de diferentes especies viviera sobre la Tierra necesitaríase cierta forma de comportamiento aceptada por todos. Usted habla de que el futuro será de la biología, ¿dónde encajan la psicología y el conductismo en ese esquema?
Por supuesto, eso sería probablemente el 90% del problema. Convengo absolutamente con usted. Únicamente no creo que hayamos de obligar a la gente a comportarse de la manera que nosotros queramos. Creo que la cuestión es cómo deseará conducirse la gente.
¿Con absoluta libertad?
Espero que jamás exista un mundo en el que hayamos de decidir cómo ha de comportarse la gente. Eso sería lo que no me gustaría hacer. Creo que la cuestión estriba en si nuestras instituciones serán lo suficientemente flexibles para manejar la diversidad que va a existir. Éste es para mí el gran problema. Creo que nos queda alguna esperanza. Vemos señales de toda clase de que las instituciones sociales se están haciendo más flexibles, en muchas formas, que lo fueran en otro tiempo. Se consienten ahora formas de comportamiento consideradas intolerables hace treinta o cuarenta años. Esto es conveniente. Creo que veremos muchos otros cambios por el estilo.
¿Y el apocalipsis?
Soy absolutamente contrario a los profetas del fin del mundo; nunca nos trajeron nada bueno.
¿Considera usted factible el que la civilización, en lugar de confinarse en los límites del planeta, se propague de un cometa a otro, de una a otra estrella, a un nuevo espacio para la vida, un nuevo espacio para alimentarnos, un nuevo espacio vital? | |
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Diseminar a la humanidad en un espacio vital más extenso, no digo de una estrella a otra, eso sería en un remoto futuro, sino dentro del sistema solar. ¿Deseamos hacerlo? Ésa es la cuestión, más que, ¿podremos hacerlo? Si lo queremos, seguramente podremos. Queda por ver si lo querremos. Considero verosímil que necesitemos un más ancho espacio vital para resolver el problema de la diversidad, el cual va a ser, tal como yo lo veo, el principal problema para la humanidad. La apertura de nuevas fronteras en el sistema solar, fuera de la Tierra, podría ayudarnos a resolver gran número de esos problemas. Espero que esto pueda hacerse de una manera informal, en forma similar a como se produjo la expansión de los europeos sobre el planeta, y no que un supergobierno decidiera poner en marcha un grandioso proyecto para colonizar el sistema solar. Espero que sean más bien pequeños grupos de individuos que, habiendo llegado espontáneamente a la convicción de que les gustaría hacerlo, organizaran por sí mismos los medios necesarios y tomaran por su cuenta la empresa. Por ello importa tanto que el costo sea bajo, de manera que un par de centenares de personas pudieran allegarse los recursos necesarios. Creo que así habrá de ocurrir algún día, pero he de admitir que vamos a necesitar buen número de inventos antes de que la aventura sea factible. Uno de los muy importantes avances que preveo es la máquina autorreproducible. Von NeumannGa naar voetnoot6 fue el primero en estudiar teóricamente tal mecanismo. La máquina autorreproducible es nuestra copia de los procesos vitales. Cuando hayamos entendido con suficiente profundidad la forma en que los organismos vivientes se reproducen y cómo ocurren en la naturaleza los procesos de la herencia y la diferenciación de los seres vivos, habrá quedado abierto para nosotros el uso de tales procesos para construir máquinas lo suficientemente perfeccionadas para reproducirse a sí mismas. En principio, ya sabemos cómo hacerlo. Von Neumann diseñó sobre el papel una de tales máquinas, compuesta por no más de medio millón de partes distintas. Por supuesto, una máquina real contendría muchas más partes. Sería una bien complicada bestia. Pero una vez puedan construirse tales máquinas, el proceso de colonización de nuevos mundos resultará tremendamente más fácil. Envía usted a la Luna | |
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un cohete que lleve a bordo una de esas máquinas perfeccionadas, programada para reproducirse a sí misma sin utilizar otra cosa que roca ordinaria y luz solar. Esta máquina podría fabricar sus componentes, y estar programada para que construyera todo aquello que fuere necesario para dejar la Luna en condiciones de ser habitada por el hombre. Ésta es la forma en que, a mi parecer, debe transformarse la economía del espacio, no mediante pequeñas mejoras de los sistemas de propulsión, sino por una alteración radical cualitativa de la naturaleza del problema. Una vez que contemos con máquinas autorreproducibles, el problema de la economía tendrá un sabor muy distinto. La acumulación de capital será más rápida. El costo de hacer las cosas habrá cambiado en sentido tan radical que resultará imposible predecir qué puede o no hacerse. A mi modo de ver, no hay razón para que las máquinas autorreproducibles no sean también importantes aquí, en la Tierra. Uno puede pensar en montones de cosas que podrían hacerse aquí. En la Tierra habría más limitaciones. Es verosímil que, al quedar libres estas máquinas autorreproducibles, encontraran seres humanos en su camino. Evidentemente, estas máquinas causarían en la Tierra toda suerte de problemas ecológicos que habrían de manejarse con gran cuidado. Por otra parte, harían mucho más fácil la transición de la pobreza a la riqueza. Tal vez, considerando las cosas en términos capitalistas cabría imaginar un ‘juego’ o ‘equipo’ de desarrollo industrial que una de nuestras grandes empresas, como la ibm, vendiera en cómodos plazos a un país pobre. La fábrica de la ibm enviaría la máquina al país en cuestión, y allí se reproduciría y diferenciaría y organizaría una planta industrial, una red de comunicaciones moderna completa y todo lo demás que es necesario para modernizar un país.
Pero ¿cómo influirían estos perfeccionamientos sobre la siempre creciente población? Más máquinas, menos trabajo, más desempleo. Esas máquinas autorreproducibles causarían un desastre en países como la India o Brasil.
No he dicho que yo tenga la solución para los problemas sociales de la humanidad. Simplemente he hablado de los avances tecnológicos que considero verosímiles. Cambiarán radicalmente la naturaleza de los problemas, pero seguirá habiendo problemas. Tal vez sean peores, pero seguramente serán diferentes, Creo muy probable que una de las conse- | |
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cuencias sea una mayor enajenación de las masas humanas con respecto a los problemas económicos, una mayor enajenación de la gente que gobierne las máquinas con respecto a la gente de afuera, que serán simples espectadores. Iremos adelantando cada vez más por el camino que lleva a lo que los sabios de la economía llaman la sociedad posindustrial una sociedad en la que la mayoría del pueblo habrá dejado de preocuparse por ganarse la vida, al viejo estilo. Una vez resueltos los problemas económicos, otros surgirán que ocuparán su lugar.
La gente se instalará en la Luna...
No digo que la gente vaya a instalarse en la Luna, sino que lo harán aquellos que lo deseen. Los que quieran permanecer aquí seguramente encontrarán maneras para ocupar su tiempo, estilos de vida que consideren satisfactorios. Creo que esto no sería para los indios un problema tan importante como para nosotros, pues en cierto modo ellos están más próximos a la sociedad posindustrial que nosotros. Podría ser que nosotros hubiéramos de aprender a vivir como los indios y no que los indios aprendieran a vivir como nosotros. Podría ser. Es difícil predecirlo. Lo que sí es perfectamente claro es que los problemas que se le plantearán a la humanidad presentarán muchos aspectos que serán comunes a los países ricos y a los pobres. En ciertos aspectos, la máquina autorreproducible sería una gran niveladora. Significaría que todo aquello que un país rico puede hacer podría igualmente hacerlo un país pobre. Lo que significaría que los problemas de los ricos serían también problemas de los países pobres. |
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