Watapana. Jaargang 3(1970-1971)– [tijdschrift] Watapana– Auteursrechtelijk beschermd Vorige Volgende [pagina 7] [p. 7] Paisaje curacense !Rojo..., rojo..., te quemas! El mar lava tus heridas. La brisa cuelga cascabeles a tus árboles locos, despeinados, que señalan un punto... y se pierde. Vamos a abrir el puente para que entren los gigantes con rugidos de sombra. Tus casas también entran lentas..., lentas. Tienen añejos sabores del Norte y tejados rientes. Ahora bajo el sol, el turista aprisiona tu minuto sofocante y las barcas cargadas de frutos y de manos que los ofrecen. Las voces - metales de viejo bronce - caminan por el aire dejando quemantes banderillas, en los oídos que no pueden asimilarlas. Por los caminos triscan las cabras, las espinan los cactus valientes, arrogantes, hermanos de su sangre. Armonía del árbol y la roca ingenua, tan ávida de verdes... Roca can sales, con pájaros que hablan, con luces del poniente que la abrazan.... Roca redimida por su perenne sollozo que clama !agua dulce!... !Curaçao! MARÍA PENÓN DE ABBAD Vorige Volgende