Watapana. Jaargang 3(1970-1971)– [tijdschrift] Watapana– Auteursrechtelijk beschermd Vorige Volgende [pagina 28] [p. 28] El alfarero El vaso en mis manos trepidaba de energía y fuerza contenida, conforme iba naciendo a la vida entre mis palmas creadoras. La forma que nacía era un soplo, tan solo una chispa de Belleza tal como yo la concebía dentro. Soy alfarero, humilde artesano, con alma de artista creador, afín con la corriente creadora. Mis manos barro son, igual que el barro que entre ellas ya forma va cobrando nuevamente, para volver al mundo de la forma. El obrero que, en otro tiempo, mencionan las Sagradas Escrituras, aquél del ‘campo de la sangre’, fue el artesano y alfarero que Jeremías vio en sueño de profeta iluminado y cuya profecía se cumplió merced al hombre iscariote, Así el vaso entre mis manos, eterno símbolo del ser naciente, vincula al alfarero con el barro, el barro de sus manos con el vaso. [pagina 29] [p. 29] El horno ya espera con su fuego; la prueba máxima para este ánfora. que, limpia y confirmada, de las entrañas ígneas surgirá. El fuego limpia y fija siempre la forma modelada en barro frío; el vaso sólo cobra vida si pasa por la prueba y el calor del fuego inexorable que regenera y vitaliza. Luis H. Daal Vorige Volgende